“Alto a los feminicidios”, “Ni una más” y “la policía no me cuida”, fueron las principales consignas de las manifestantes, con originales pancartas y letreros en mano. Los colores y la purpurina no faltaron. Que las mujeres vivamos libres de violencia, en igualdad de condiciones sociales, laborales y salariales, continúan como asuntos pendientes del Estado y las instituciones.
Las demandas feministas continúan vigentes este 2025 en el Día Internacional de las mujeres. En el puerto de Veracruz, como en otras ciudades del país, decenas de veracruzanas, infancias, personas adultas y mayores, algunas con sus mascotas, tomaron las calles de Veracruz para conmemorar esta lucha, pero, también, exigir los derechos pendientes.
El contingente empezó a formarse en el parque Gutiérrez Zamora, en el centro de la ciudad, a partir de las 4 de la tarde, en respuesta a la convocatoria de la Colectiva Rabia, uno de los dos llamados a marchar, como se viene haciendo desde hace algunos años en la zona conurbada.
Alrededor de las 5:30 de la tarde, el numeroso grupo inició su recorrido por la avenida Salvador Díaz Mirón, primero en contrasentido de la calle y luego cambiaron de carril. Frente a la terminal de autobuses volvieron de sentido vehicular para luego incorporarse a la avenida Simón Bolívar.

En la vanguardia, familiares de Claudia exigieron justicia por su asesinato. Hasta el momento, su agresor continúa en libertad. En el trayecto hubo gritos, demandas, versos, consignas a coro. Mujeres, niñas y niños, portaban sus carteles en contra de los piropos, los feminicidios y la indiferencia del resto de la sociedad hacia la injusticia.
En al menos dos ocasiones, el contingente se detuvo, las participantes se agacharon, guardaron silencio y alzaron los puños en señal de protesta para luego continuar su camino.
También hubo pintas sobre algunos muros y paredes. Huellas de manos con pintura morada sobre monumentos, el objetivo es dejar huella; acusaciones contra agresores y violadores.

Cuando avanzaban sobre la avenida Simón Bolívar, casi llegando al bulevar Ávila Camacho, la noche empezaba apoderarse del ambiente, mientras el contingente dejaba atrás los últimos rayos del sol, que coloreaban el horizonte contrario a donde ellas se dirigían.
En la plaza de la Soberanía -donde desde las 5 de la tarde, quizá antes, ya preparaban el equipo de sonido-, se empezaron a congregar las manifestantes, sin dejar de gritar las consignas o los versos de demanda.
Algunos grupos de amigas empezaron a tomarse fotos, por qué no, también puede ser un ambiente de unidad, para recordar que hoy estamos aquí, con el privilegio de manifestarnos y expresar muestras ideas sin temor, en la construcción de comunidad, por nosotras y por aquellas que no pueden. También se pidió un minuto de silencio, por todas las mujeres y mujeres trans que ya no se encuentran en este plano, porque alguien, bajo el amparo del patriarcado, les arrancó la vida.

Todo parecía transcurrir en calma hasta que los integrantes de las instituciones demostraron por qué nos manifestamos. Los agentes de tránsito del municipio de Veracruz, que habían estado cerrando las calles y controlando el tráfico vehicular durante el recorrido, abrieron sin previo aviso la circulación en el carril sur-norte del bulevar Manuel Ávila Camacho mientras jóvenes, mujeres y sus hijes, así como adultas mayores, permanecían sentadas en el camellón o caminando sobre el arroyo vehicular, con plena confianza.
Algunas fuimos sorprendidas por el paso veloz de los autos, a cuyos conductores pareció solo importarles el lugar a donde van, creyéndose dueños del territorio. Ninguna fue atropellada ni lastimada. Sin embargo, varias mujeres comenzaron a alertar a las demás y caminar sobre el bulevar para exigir a los elementos de tránsito cerraran nuevamente el paso.
La demanda a gritos se extendió al carril norte-sur, donde hasta ese momento los autos circulaban con normalidad. En segundos, jóvenes con sus pancartas se plantaron frente a los autos para impedir su avance. Los conductores solo pararon, quizá algunos se desesperaron, pero no hubo agresiones.
Las manifestantes se sentaron frente a los autos durante varios minutos hasta que los elementos de tránsito llegaron y organizaron la salida de los vehículos en reversa para que siguieran su camino por la calle Agustín Lara y tomar vías alternas.

Finalmente, los agentes de tránsito hicieron lo que debieron desde el principio, cerrar ambos carriles del bulevar en el tramo desde Lara a Bolívar, hasta el término de la manifestación. Este es solo un ejemplo, algunos dirán mínimo, de cómo las acciones de las autoridades no respetan los derechos y hemos de exigirlos en voz alta para ser atendidas.
Esta fotógrafa dejó el lugar pasadas las 7:30 de la noche y la manifestación continuaba con micrófono abierto y música.