Hija de su madre. Una exposición de Mónica Mayer es una propuesta que, más que una oda a la familia, es una crítica a esta institución sobre la cual se debe reflexionar para cambiarla.
La propuesta es un recorrido íntimo por la trayectoria y la obra personal de la artista plástica, performer y pionera feminista, Mónica Mayer, con el trabajo curatorial de su hija Yuruen Lerma Mayer y la curadora Marisol García Wells.
Se trata de un trabajo en el que madre e hija colaboran para realizar una retrospectiva, pero con la mirada de la curadora desde otro lugar. Ambas trabajaron en conjunto para hacer algo totalmente nuevo, con la familia como eje, un tema poco visto en el arte.
Durante el conversatorio inaugural de la exposición en el Exconvento Betlehemita, en el centro de la ciudad de Veracruz, la artista y las curadoras explicaron cómo nació la idea y en qué consiste.
Realizar esta curaduría, significó una ardua labor, por la cantidad de materiales y por la carga emocional que cada uno de los objetos representa, dijo Mónica Mayer.
“Me traían pinta”, dijo la artista con su singular sentido del humor. “Se metieron hasta lo más profundo de los cajones. Sacaron las fotos de todos, fotos y dibujos que no había visto yo desde hace 40 años (…) Y encontraron maneras de presentar obra nueva que he estado haciendo a través de Facebook y a través de las redes”.
Sin embargo, realizar una revisión tan emocional de su obra, también ha sido una grata experiencia para Mónica Mayer. “Para mí ha sido muy satisfactorio trabajar con una generación nueva que no se espanta con nada, ¡ni siquiera con su madre!, ¡por Dios!, ya no hay respeto, somos tan viejas, tan viejas, que ya no nos respetan las hijas. Estas nuevas generaciones que ya tienen su voz propia, eso me da mucho gusto, estoy muy contenta del trabajo que hemos hecho”.
Por su parte, la curadora Marisol García señaló que con esta exposición querían hacer una distinción entre arte feminista y curaduría feminista. “Creo que la primera aproximacion sería una aproximación propiamente temática, vamos a poner arte feminista en el museo; pero la segunda aproximanción tenía que ver con una herramienta de cuestionamiento mucho más profunda y para ello sentíamos que había que hacer una metodología que atravesara distintas facetas del tema de la familia, que nos permitiera entrar a la obra de Mónica, que estuviera situada desde esta perspectiva”.
En cambio, para Yuruen Lerma, hacer la curaduría de este proyecto fue un trabajo fácil, pero reconoce que ella es al mismo tiempo sujeto y objeto, porque fue parte de las creaciones artísticas de su madre.
Al hablar del origen de esta idea, se refirió al interés mutuo de ella y su madre de realizar un proyecto juntas, pero también de su trabajo en los estudios feministas.
“Fue como un paso natural de mi historia y de mi trayectoria tras terminar el Doctorado en Estudios Feministas en el que trabajé sobre nuestra genealogía, sobre cartas de las mujeres de mi familia. Platicando con ella le dije ¿por qué no hacemos un proyecto, una curaduría?, pues de su trabajo. Nos escribieron y mi mamá dijo, vamos a hacer un nuevo trabajo en conjunto, algo que no se ha visto y justamente el tema de la familia fue un tema muy natural en este proceso”.
Al referirse a la familia como uno de los ejes centrales de la exposición, señaló que la exposición, más que una oda a la familia, es una crítica que invita a la reflexión sobre esta institución como espacio de afecto, pero también de violencia.
“A través de entrar a su casa, mi casa, (..) pues fue ir conociendo las piezas, rascándole al archivo, rascándole a nuestras historias, nuestras genealogías. Conociendo sobre el por qué, para qué y cómo de las piezas y, al final, estando acá [en Veracruz], fue que se creó el nombre, que atraviesa la parte del humor, la crítica, de esta levedad sin obviar la importancia de la familia. No es tanto una oda a la familia, si no una crítica, una visión, una mirada analitica, reflexiva, artística y afectiva hacia la familia y las familias y cómo nos afectan”, dijo.
Yuruen Lerma invitó a “ver en la exposición que las familias son complejas, desde donde se legitiman las violencias, y es necesario exponerlo y reflexionarlo (…) Es importante verlo, hablarlo y trabajarlo desde la incomodidad para poder cambiarlo”.
Hija de su Madre. Una exposición de Mónica Mayer está conformada por tres núcleos: el primero se titula “Primeros vínculos”, el segundo, “Romper el mito de la familia” y el tercero, “De-generaciones”. Actualmente se puede visitar, hasta finales de junio, en la sala Ida Rodríguez Prampolini del Exconvento Betlehemita, en el centro de Veracruz. Posteriormente será llevada a la capital del estado, Xalapa. La entrada es gratuita.
