La Fiesta del Té
Miles de mujeres salieron a marchar en Veracruz el sábado 8 de marzo, a pesar del calor.
El domingo, las redes sociales se llenaron de las imágenes, las historias y las notas periodísticas de la marcha.
Pero, ¿qué va a pasar a partir del 10 de marzo, el lunes en que volvemos a la actividad normal, a la escuela, al trabajo y a la vida cotidiana?
Es un buen momento para reflexionar, porque la salida a marchar y de paso a “incomodar” a las buenas conciencias y a los “hombres preocupados” por las paredes, ya fue.
Muchas de las mujeres que salieron a marchar, lo hicieron acompañadas de amigas, hermanas, maestras, pero no siempre tuvieron clara la participación que podrían tener horas después.
¿Esperar la siguiente marcha?, ¿Participar en la del 28 de septiembre, por la despenalización del aborto”, ¿Tal vez en la del 25 de noviembre, por la erradicación de la violencia contra todas las formas de violencia contra las mujeres?, sólo lo sabremos llegado el momento.
Pero si se pueden hacer cosas para que esa inercia no se apague, podemos reflexionar y hablar con otras mujeres, explicarles de qué se trata el movimiento y por qué es importante ser conscientes de ello.
Entender cuestiones básicas como el concepto de la sororidad, ser consumidoras conscientes y críticas de medios de comunicación, redes sociales, mensajes de personas cercanas y analizar cómo nos hace sentir y en qué posición nos dejan.
Parece fácil, pero en un momento como el que vivimos, en el que la información está al alcance de un toque en el celular, muchas veces podemos caer en esos mensajes falsos, mal intencionados o que son parte de este “conservadurismo aesthetyc” que nos trata de vender los estereotipados roles de género disfrazados de “energía masculina” y “energía femenina”.
Reflexionar, es lo que nos toca a quienes se acercan al feminismo apenas, compartir a las que tenemos un tiempo en esto, informar con responsabilidad a quienes estamos en los medios y a las instituciones, garantizar una vida libre de violencia para las mujeres.
Porque aquí tod@s estamos loc@s.
