La tortuga laúd o gigante era habitual en las costas del Golfo de México, según relatos de antepasados, sin embargo, en la actualidad ha disminuido drásticamente su anidamiento y se encuentra al borde de la extinción, víctima de la caza desmedida, explicó Ricardo Yepez Girón, subdirector y responsable técnico del campamento tortuguero Fundación Yepez A.C.
De acuerdo con el responsable técnico de la organización con más de 50 años de labor en favor de las tortugas marinas, existen relatos de los antepasados del Golfo de México que narran la presencia de la tortuga laúd en la región centro-norte de Veracruz, sin embargo, en la época contemporánea la especie está al borde de la desaparición debido a la caza desmedida.
“Nuestros antepasados decían en décimas o en historias que era muy común ver esta especia de tortuga marina, lamentablemente el hábito de consumo, tanto por su carne como por su aceite, fueron cazadas al borde de la extinción, por lo menos en la zona centro-norte del Golfo de México” indicó Ricardo Yepez.
En la franja del Golfo de México no existen registros de nacimientos de tortuga laúd, al menos en los últimos 50 años, tiempo que la Fundación Yépez A.C. tiene de lucha en favor de las tortugas marinas. No obstante, existe evidencia de algunos anidamientos que lamentablemente contenían huevos infértiles.
Las tortugas laúd son conocidas como gigantes porque a diferencia de otras, es la que alcanza mayor tamaño y peso. En otras partes del mundo, como Costa Rica, han documenta ejemplares de más de 700 kilogramos de peso, incluso más.
Otra característica que hace diferente a la tortuga baula -como también se le conoce- es su caparazón blando, así como la dieta, pues incluye principalmente medusas, explicó Yepez Girón. Las poblaciones de tortuga laud se encuentran en la mayoría de las regiones del mundo, con excepción de las zonas polares, como la Antártida.
Son fácilmente reconocibles por la forma de su caparazón, que se estrecha mucho por la parte posterior. A lo largo de su caparazón presenta siete crestas longitudinales y cinco en el plastrón muy evidentes en las crías.